Mal desempeño laboral = sobreendeudamiento
¿Nuestros colaboradores han bajado su desempeño, se distraen fácilmente, les es más difícil interactuar con sus jefes y compañeros?
Las razones pueden ser muchas, desde alguna enfermedad, problemas conyugales y/o familiares o bien una situación económica difícil. Sobre esto último hablamos claramente de personas con una o mas deudas y, más aún, de individuos sobreendeudados que deben sobrellevar una pesada carga sobre sus hombros al carecer de capacidad para el pago de todas sus obligaciones crediticias.
Puede ser tal el desajuste emocional de la persona con este problema que la situación irá afectando cada vez más al normal desarrollo y desempeño de su labor dentro de la empresa. Y si esta característica se repite con más funcionarios, vaya que hay que preocuparse.
Las consecuencias que afectan a las personas con este tipo de problemas (una realidad cada vez más recurrente en Chile) son todas de carácter negativo y afectarán directamente a la persona y a su participación dentro de la estructura del negocio llegándose, incluso, a sufrir mermas en sus rentabilidades mensuales. Si hablamos de uno o más empleados no dando el 100% del desempeño adecuado estamos en reales problemas.
En un informe sobre esta problemática del 17 de Abril del 2019, el Banco Central ha señaló que el endeudamiento de los hogares chilenos, hasta esa fecha, ha llegado a un máximo histórico de 4,6 millones de personas con deudas morosas. Aún más: Los hogares tienen un stock de deudas equivalentes al 73,3% del ingreso disponible. Y para mayor preocupación aún, el instituto emisor ve con pesimismo esta tendencia para el futuro cercano, es decir, el tema va empeorando.
Lo aconsejable es monitorear con mayor atención la conducta del empleado en problemas, observación que debe ser permanente. Sus horarios, su concentración, su proactividad, e incluso su buen o mal humor.
El trabajador es el motor de la oficina, del taller, del emprendimiento.
Hay que acompañarle en sus momentos de mayor complejidad. Una conversación franca, a puertas cerradas, permitirá ir despejando las visicitudes, abriendole camino a la solución y en lo posible entregando herramientas para alcanzarla de forma oportuna, con el fin de conseguir la tranquilidad de la persona, de su familia y de recuperar el desempeño perdido dentro de la organización.
Al final del túnel siempre hay una luz que ayudará a retomar el optimismo, la tranquilidad, las ganas de vivir y la eficiencia en el trabajo. El beneficio será compartido.